martes, 28 de abril de 2009
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Cuando sepas que los vidrios ya se rompieron llamalos vidrios rotos, pero si solo los ves trizados entonces ve a tu casa y habla con tu gato imaginario, probablemente él tenga muchas cosas que decirte, no se si puedas responderle, por lo general los gatos imaginarios no aceptan respuestas, pareciera ser que están sordos. Si tu gato imaginario no está en casa entonces busca al final de tu calcetín y saca la llave que pusiste ahí en tu niñez, ¿te acuerdas?, la llave abre ese cofrecito chiquitito que está escondido bajo las baldosas del baño, anda a buscarlo, ojala que Amelie no haya llegado primero que tu. Revisa tus fotos, tus cartas, tus poemas, llora un poco, ríe un poco, llama a algún amigo, incluso quizás a tu gato. Cuando termines no olvides guardar la caja en su lugar y olvidar todo lo que viste, no es bueno tener los recuerdos buenos tan arriba en la cabeza, deja que decanten mientras arreglas tu ventana y no toques tus calcetines hasta que se vuelva a trizar.
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